jueves, 18 de febrero de 2010

Looking back... Going Forward

Supongo que en el fondo no está tan mal tener un rincón en el que vomitar las palabras... Donde poder ser... lejos de la realidad ficticia a la que llamamos "vida". Y supongo que está bien que de todas esas personas que habitan mi mundo, ninguna de ellas conozca el paradero feliz de esta pequeña ventana a mi verdadero yo porque, de este modo, puedo ser feliz aquí... escaparme de todas las máscaras que me pongo cada día y descansar de fingir que soy lo que todos quieren ver. Y no digo que en realidad yo no sea todo eso que pretendo ser cada día desde muy temprano en la mañana... porque también lo soy. Pero siempre me he guardado este trocito triste y alegre para mi... para que nadie pueda robármelo nunca... para que nadie llegue a saber tampoco la verdad. Porque, ¿qué me quedaría entonces para mi? ¿qué quedaría después de todos los terremotos que sacuden mi vida?... Una manera de mantenerse a salvo y con vida... Una manera de mantenerse lejos... porque... bueno, porque no es cierto que "queramos saberlo todo". A veces no saber es lo mejor para todos. Aunque no para mi. Yo siempre lo he querido saber todo. Todo. Aunque me fuera a doler. Aunque me estuviera haciendo tanto daño que hubiera modo alguno de medirlo. Saber... Saber para nada, en realidad... pero saber. Y luego es irónico el hecho de que yo me guarde tanto... Pero no sé hacerlo mejor. O no quiero aprender... puede ser. He hecho de mi vida varias particiones y cada vez abro una o la otra, pero nunca todas. Porque mi vida la he hecho para mi... y me cuesta compartirla. Me cuesta incluso compartirla con la persona que ha decidido unir su vida a la mía... sea por el tiempo que sea. Siempre me ha costado. Y siempre he tenido la suerte de dar con personas que me han querido mucho... pero yo no he sido capaz de abrirles todas las puertas para enseñarles la verdad. Puede que uno de los miedos que siempre he tenido sea pensar que una vez que vean todo lo que he estado ocultando se irán de mi vida para no volver. Y es absurdo. Lo sé. Que vean mi lado más nostálgico... Mis absurdas manías... Que me vean flaquear... No puede ser. No debe ser. Siempre me han enseñado a ser fuerte... a ser independiente... y ahora no ha quedado espacio alguno en esta casa grande para que venga nadie más a vivir aquí. El único espacio en blanco lo reservo para el día en que decida por fin llenar esta casa de pequeños correteando y dejando sus juguetes por todas partes. Pero ni siquiera para eso he tenido en cuenta a la persona que quiera quedarse a mi lado... ¿Cómo puede ser que a estas alturas tan tempranas haya renunciado ya a tanto?... Como le dije ayer a la persona que comparte su vida conmigo en la actualidad: "supongo que nunca tuve fe en el ser humano".

Habrá que empezar a tenerla...